Salimos bien, pedimos un remis en el hotel para ir hasta la estación de bus. un remis es un taxi sin taxímetro, te cobran un fijo por trayecto que acuerdas antes de salir con el conductor, suele ser más barato y seguro que un taxi ya que es el hotel quién lo llama.
El autobús bien, y el viaje bien hasta la frontera, la frontera ya fue la leche, 3 HORASSSSS PARA PASAR UNA PUÑETERA FRONTERA!!!, aún nos consolaron diciéndonos que es peor para cruzar desde Perú o Bolivia a Chile.
En primer lugar tremenda cola esperando entrar en el control fronterizo, en segundo lugar todos abajo del autobús, todos a pasar control de pasaportes mientras los oficiales de aduanas revisan el bus, incluso los bajos, y descargan las maletas. Luego ventanilla de control de salida de Argentina, ventanilla de control de entrada en Chile, luego revisión de equipajes con escanner (por cierto nos quitaron los tomates deshidratados :(.. malditos...), luego revisión extra por parte de los perros del equipaje de mano (un poco espídicos por cierto, para mi que tenia ganas de hacer algo, deberían sacarlos más a la calle) y luego otra vez para el autobús, vuelven a cargar los equipajes y para terminar 30 minutos de espera estúpida ya en territorio chileno a 100 metros de la frontera.
Como imaginareis no llegamos a las 16,30 a Santiago, sino a las 20,30.
El descenso a Santiago desde los Andes increíble, pero nada comparado con lo que hemos visto hoy en Puerto Varas, pero esto ya es otra historia.
Frontera de Chile
Descenso por la parte Chilena
bajndo por el valle del Rio Aconcagua hacia Santiago de Chile
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